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ADULTERIO

 

Vincent Cheung

 

Traducción: Raul Loyola Román

 

“Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio. Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón. Por tanto, si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo, y échalo de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno. Y si tu mano derecha te es ocasión de caer, córtala, y échala de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno. “(Mat. 5:27-30)  

 

Jesús sigue hablando sobre el séptimo mandamiento, que prohíbe el adulterio.  Hemos visto las formas en que los mandamientos de Dios han sido distorsionados y redefinidos esto también se aplica aquí.

 

Jesús no está contradiciendo o expandiendo el séptimo mandamiento, sino Él está contradiciendo las falsas interpretaciones de los mandamientos que han sido adoptados por las personas. Los fariseos y los escribas distorsionan Los mandamientos de Dios al redefinir los términos y restringir sus aplicaciones con el fin de que se tornen más fáciles de ser obedecidos. Sin embargo, esto sólo significa que se están violando los mandamientos sin admitir el hecho. A pesar de que alteran groseramente los mandamientos y enseñan a otros a hacer lo mismo, ellos insistían haciéndoles creer que estaban siendo seguidos totalmente. 

Nuestras mentes pecaminosas tienden a distorsionar la ley de Dios, haciendo su aplicación tan limitada que escapamos de su condenación. Así distorsionamos, el sexto mandamiento y reivindicamos que el prohíbe apenas el acto final del asesinato, y entonces nos proclamamos a nosotros mismos como libres de todos los pecados de venganza. Del mismo modo, distorsionado el séptimo mandamiento y reivindicamos que el solo prohíbe, el acto final del adulterio y entonces nos proclamamos libres de todos los pecados de lujuria o lascivos.

 

Eso Parece ser una forma conveniente y no dolorosa de obtener “justicia”, sin embargo, esa justicia es una ilusión que proviene de la distorsión y una redefinición de la ley de Dios, mas no de una justicia genuina que viene de un corazón puro y transformado que persigue la obediencia real. Dios no acepta la justificación por la redefinición, y aquellos que tratan de engañar sus demandas reales terminarán en el fuego del el infierno.

 

El séptimo mandamiento dice “No adulterarás.”BTX3 (Éxodo 20:14). ¿Más esto significa que cualquier cosa que, no sea una relación sexual es aceptable?  Los Judíos no tenían excusa para restringir este mandamiento sólo para el acto claro, físico y final del adulterio, ya que el propio décimo mandamiento deja claro que la ley de Dios gobierna tanto sobre el cuerpo como la mente, diciendo: “no codiciarás la mujer de tu prójimo ” (V. 17). Es decir, no sólo debemos no tomar, mas no debemos ni siquiera desear. Incluso sin examinar fuera de los pasajes bíblicos de los Diez Mandamientos, vemos que Dios reclama autoridad sobre todos los aspectos de nuestras vidas, y que El no deja nada a nuestra elección. Dios no reivindica el derecho a gobernar solamente sobre nuestras acciones físicas, sino también sobre nuestros propios pensamientos, deseos y motivaciones. 
Al igual que con los otros mandamientos, la gente es muy creativa cuando se trata de encontrar la manera de torcer y romper el séptimo mandamiento. Declaraciones como “Sigue a tu corazón” y “haz lo que te hace feliz”, se justifican a menudo suficientemente para ellos cometer adulterio, o lo suficiente como para pensar que lo que ellos hacen no es adúltero o pecaminoso de ninguna manera.

 

Algunas personas, incluyendo que cristianos profesantes dicen respetar el séptimo mandamiento, más al mismo tiempo, insisten en que si dos personas no llegan al punto de tener una verdadera relación sexual, entonces, hagan lo que hagan, no cometerán adulterio. 

Más de unas cuantas personas me han preguntado si el séptimo mandamiento, que prohíbe el adulterio, permite la fornicación. Ellos saben lo que se llama fornicación, más aún se preguntan si pueden practicarlo. Uno se pregunta si estas personas están realmente incomodas, ya que con esta actitud hacia los mandamientos, difícilmente puede escapar de las llamas del infierno. 

Cuando Pablo escribe: “¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No os dejéis engañar: ni los fornicarios… ni los adúlteros… ni los homosexuales… heredarán el reino de Dios “(1 Corintios 6:9-10, NVI). Pablo percibe que es posible ser engañado, de forma que una persona puede pensar que, incluso fornicarios, adúlteros y los homosexuales que no se han arrepentido puede ser salvos. Él se apresura a señalar que estas personas serán condenadas al infierno. 

Cuando se trata de decirles lo que puede hacer para escapar, y en qué medida puede ellos vivir sin infringir la ley de Dios, de repente ellos se tornan muy cuidadosos y precisos tratando de descubrir cada abertura posible y demandando argumentos incontestables, de lo predicado para cada prohibición. Mas cuando se trata de las demandas la ley de Dios, y los puntos claros de doctrinas bíblicas, ello bostezan se lamentan y se quejan de que estas cosas se debe dejar a los teólogos. 

En los versículos 29 y 30, Jesús sugiere una solución que parece ser sorprendente e incluso extrema:” Por tanto, si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo, y échalo de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno. ” 

Hagamos lo que hagamos con estos versículos, hay que señalar en primer lugar que lo que Jesús dice aquí es literalmente cierto – es en realidad es mucho mejor ser mutilados que ser condenados al infierno. Estos versículos nos recuerdan que a menudo no tomamos lo suficientemente en serio el pecado, mas Dios lo toma muy seriamente.

 

Sin embargo, Jesús no nos está ordenando una auto-mutilación como la solución a los pecados sexuales. De hecho, el énfasis del verso 28 es que se puede cometer adulterio en nuestra mente, e incluso que nos arranquemos los ojos y nos cortamos las manos, la intención de la carne sigue siendo tan activa como siempre. 

En lugar de exigir la auto-mutilación, Jesús está usando una imagen fuerte para trasmitir lo que otros escritores del Nuevo Testamento lo llaman “mortificación” del el pecado, es decir, morir a nuestro pecado. Por ejemplo, Pablo escribe: ” porque si vivís conforme a la carne, moriréis; más si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis. “(Romanos 8:13). Sin embargo, la mortificación, o hacer morir nuestro pecado, no se limita al cuerpo, como escribe Pablo en otro lugar: “¿Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría; “(Col. 3:5). 

Por lo tanto, la mortificación del pecado consiste en “hacer morir” el pecado que permanece en nosotros por el poder del Espíritu de Dios. En lenguaje de Cristo en Mat 5 sugiere que a veces se trata de medidas drásticas prácticas por las que tratamos de arrancar algo que “nos hace pecar.”  

Dependiendo de la situación o las vulnerabilidades particulares. Esto puede incluir la suspensión de ciertos hábitos, pasatiempos, actividades e incluso relaciones. 

Por ejemplo, usted puede disfrutar de la natación como un deporte o hobby, pero si va a la piscina o a la playa y en las cuales constantemente abriga pensamientos lujuriosos sobre los mujeres u hombres con poca ropa que se encuentran allí, entonces es probablemente mejor que dejen de ir, y si es necesario, desista a la natación por completo. 

Usted puede decir: “Eso es legalismo.” No,  podría ser legalista, si yo dijese que el séptimo mandamiento en sí y por si, le prohíbe ir a la piscina o la playa, o que prohíbe nadar, a pesar de sus disposiciones y su particular vulnerabilidad. 
Es decir, sería legalista añadir tradiciones humanas a la orden para supuestamente ayudar a obedecer este mandamiento, y entonces elevar estas tradiciones en términos de un propio mandamiento. Pero Jesús dice: “Si tu ojo derecho te hace pecar, arráncalo y lánzalo afuera.” Él no le dice a usted hacerlo, a pesar de todo, pero Él le está diciendo que debemos adoptar cualquier medida práctica necesaria para obedecer los mandamientos de Dios. Si eso significa que debe dejar de ir a la playa, o debe deshacerse de su televisor, entonces usted debe hacerlo. 

Jesús dice: “Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones… Estas son las cosas que contaminan al hombre “(Mat. 15:19-20). 

El pensamiento moderno sugiere: “No es malo si Usted piensa en ello, mas no lo práctica. “Más Jesús dice que está de echo errado si usted abriga pensamientos lujuriosos. Entonces viene la respuesta: “¡Oh, entonces si usted piensa en eso , es posible que también lo haga.” más tampoco es cierto, sino más bien como Dios le dice a Caín con respecto al pensamiento odioso: ” tú puedes dominarlo. “(Génesis 4:7). Cuando los pensamientos pecaminosos comienzan a levantarse en su mente, no los abrigue, y no se cruce de brazos, viéndolos crecer, por lo contrario, usted debe inmediatamente y de manera decisiva destruirlos. Si eso requiere tomar algunas medidas drásticas y dolorosas, incluso costosas, hay que hacerlo, por causa de la obediencia, y por causa de su alma.

 

Fuente: libro El Sermón de la Montaña, Pág. 72-74,