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Soberanía Divina y Auto-compatibilidad

 Vincent Cheung

Traduccion: Raul Loyola Román

El soberano Dios contradice la idea de que el hombre ejerce el libre albedrío con respecto a cualquier asunto, incluyendo la salvación. La soberanía divina y la libertad humana son mutuamente excluyentes. Afirmar una de ellas es negar la otra. Por lo tanto, la persona que insiste en haber aceptado a Cristo por  causa del libre albedrio, y no por causa de elección soberana de Dios y su acción directa en el alma, es incapaz de afirmar al mismo tiempo  que Dios es soberano. Debido a que el único Dios presentado en la Biblia es absolutamente soberano, la persona que afirma el libre albedrío humano no es capaz de sostener la creencia en Dios sin contradicción.

 Algunos teólogos perciben este dilema, y de esa forma escogen creer en una contradicción. Sin embargo, esto los hace que parezcan estúpidos, y algunos de ellos no pueden tolerar la humillación. Así que inventar una manera de salir y dicen  que la soberanía de Dios es «compatible» con la elección humana. A veces afirman hasta  que la soberanía divina es compatible con la «libertad» humana, en el sentido de que el hombre no está obligado a hacer una elección en si, que el escoge de acuerdo a su propio deseo.*

Está claro que el hombre hace elecciones, ¿más que es lo que lo lleva a elegir? ¿Cuál  es la metafísica de la elección humana? ¿Y cuál es la explicación metafísica de su deseo? Si Dios es absolutamente soberano, entonces El  también decide y causa la elección y los deseos humanos. Y si Dios es quien decide y causa la elección y el deseo del hombre, luego decir que la soberanía divina y la elección humana son compatibles equivale a afirmar que Dios es compatible consigo mismo. Pero ya sabemos eso, y el hombre todavía no es libre.

 La elección humana es irrelevante, ya que ella surge  debajo la soberanía divina. Decir que el hombre no está obligado sólo implica apenas en  declarar que en ese caso Dios no hace un efecto de su poder chocar con otro efecto de su poder, como acontece cuando dos objetos colisionan. Sin embargo, si no hay contradicción cuando Dios hace que estos dos objetos colisionen, entonces incluso la coerción no implicaría ninguna  contradicción. Esto sólo puede significar que El  hace a  una persona desear una cosa y escoger otra, en cuanto el propio Dio permanece compatible consigo mimo. ¿Cuál sería el problema con eso?

De hecho, la soberanía absoluta de Dios y la responsabilidad moral del hombre son compatibles. Tal vez sea por esto que los teólogos están tan molestos. Sin embargo, el hombre es moralmente responsable sólo por el hecho de que Dios decidió hacerle rendir cuentas por sus actos. Esto No tiene ninguna conexión necesaria con la elección o la libertad. Ni siquiera la coerción elimina la responsabilidad. O  que una tiene que ver la una con la otra? La responsabilidad moral del hombre depende de la soberanía absoluta de Dios, y nada más. Por tanto, decir que – el hombre es responsable una vez más, es afirmar que Dios es sólo compatible con el mismo.

 

Entonces permanece la incompatibilidad entre la soberanía divina y la libertad humana. Para que el hombre sea libre en cualquier sentido relevante, él debe ser libre de Dios, y si él fuera libre de Dios en cualquier sentido o grado, entonces Dios no es plenamente soberano. Rechazasandose  el Dios de la Biblia.

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* Me refiero a la doctrina de la compatibilismo. Ella enseña una forma de libertad humana y apoya la responsabilidad moral en esa libertad . Ya refute al demostrar que el tipo de libertad enseñada por ella es irrelevante para el debate sobre la soberanía divina, y que no existe una relación necesaria entre libertad y responsabilidad. De hecho, la Biblia niega esta relación. (Ver Vincent Cheung, el autor del pecado.)

 Alguien dijo que yo representaba esa  doctrina  de forma equivocada al declarar  que ella asevera un tipo de libertad humana y que ella lanza la responsabilidad moral sobre esa libertad  . Esta persona dijo que la doctrina apena  declara que la soberanía divina es compatible con la elección humana, y que por lo tanto el hombre no está obligado,  mas escoge de acuerdo a su propio deseo  . John Frame como representante de esa doctrina– y   de esa forma como una persona cuya visión yo represente erróneamente.

Por lo tanto, vamos a citar a John Frame. Él escribió el libro Free Will and Responsability  , «Un concepto alternativo de la libertad, de acuerdo con la teología reformada y sustentada por una serie de filósofos […] se llama a menudo » compatibilismo «porque se basan en ella, el libre albedrío y el determinismo (el concepto de que todos los eventos de la creación son causado ) son compatibles. El Compatibilismo dice simplemente que al tomar decisiones morales, somos libres de hacer lo que queramos, para seguir nuestros deseos. […] La teología reformada reconoce que todas las personas  cuentan libertad en el sentido compatibilista. […] Creo que la libertad compatibilista es el tipo principal de libertad necesaria a  la responsabilidad moral. » Frame afirma de modo explícito que compatibilismo enseña una forma de libertad, y ella es  impresindibe  a la responsabilidad moral.

 La persona que me acusó de representar erróneamente también dijo que compatibilismo afirma que ningún hombre es libre de Dios, como escribí. Él me ha entendido mal . Entiendo que compatibilismo no declara al hombre libre de Dios, y por eso es irrelevante. Mi punto es la imposibilidad de la existencia de cualquier tipo de libertad que incluiría la libertad de Dios, y cualquier tipo de libertad que no promueve la libertad de Dios es irrelevante. El hecho de que el hombre no está obligado también es irrelevante, porque siendo Dios  soberano es el quien causa el deseo y la elección de los seres  humanos.

 En cuanto a mi posición, yo digo que la soberanía divina y la libertad humana son incompatibles y mutuamente excluyentes, y el hecho de que Dios es soberano, el hombre no es libre. Al parecer, la persona que me acusó gustaría discutir este punto, pero no sabía cómo proceder. Y no hay manera de hacerlo. Tal vez la confusión ha sido alimentada por la negativa a aceptar que su doctrina ha sido acariciada con tanta facilidad como algo ridículo e irrelevante.

 

 

 

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SOBERANÍA DE DIOS

Vamos a considerar el hecho del gobierno de Dios sobre los hombres en general.

Nos vemos confrontados con ciertas alternativas en­tre las cuales hemos de escoger: o Dios gobierna, o es gobernado; o Dios dirige, o es dirigido; o Dios hace lo que quiere, o lo hacen los hombres. ¿Y es difícil esco­ger entre estas dos alternativas? ¿Diremos que el hom­bre es un ser tan rebelde que escapa al control de Dios? ¿Diremos que el pecado ha enajenado al pecador, apartándolo del Dios tres veces Santo de tal forma que ahora se halla fuera del ámbito de Su jurisdicción? ¿O diremos que por haber sido el hombre dotado de res­ponsabilidad moral, Dios ha de dejarlo enteramente sin control, por lo menos durante el período de su examen? ¿Se desprende necesariamente, por el hecho de que el hombre natural es un proscrito enemigo del cielo y un faccioso que se opone al gobierno divino, que Dios es impotente para cumplir Sus propósitos por medio de él? Lo que queremos decir es, no solamente que El puede encaminar a bien los efectos de las acciones de los malhechores, ni que traerá a los impíos ante su tri­bunal para que se pronuncie contra ellos sentencia con­denatoria (pues esto lo creen también muchas personas que no son cristianas); sino que cada uno de los actos del más desobediente de Sus súbditos está enteramente bajo Su control. Más aún, que el tal, sin saberlo, está llevando a cabo los designios secretos del Altísimo. ¿No fue así en el caso de Judas? ¿Y es posible escoger un caso más extremo? Por tanto, si aquel archirrebelde es­taba efectuando el consejo de Dios, ¿no hemos de pen­sar lo mismo de todos los demás?

Nuestro objeto aquí no es llevar a cabo una encues­ta filosófica ni llegar a una casuística de tipo metafíisi­co, sino cerciorarnos de las enseñanzas de la Escritura sobre este profundo tema. ¡A la Ley y al Testimonio!, pues sólo allí podemos aprender del gobierno divino: su carácter, su designio, su modus operandi, su alcance. ¿Qué es, pues, lo que ha agradado a Dios revelarnos en su bendita Palabra referente a su control sobre las obras de sus manos, y particularmente sobre aquella que, en su origen, fue hecha a Su propia imagen y semejanza?

‘En El vivimos, y nos movemos, y somos” (Hechos 17:28). ¡Qué afirmación tan demoledora! Nótese que estas palabras no iban dirigidas a una de las iglesias de Dios, ni a un grupo de santos que hubiera alcanzado un plano de elevada espiritualidad, sino a un público pagano, a los que adoraban al “Dios no conocido” y que se “burlaban” cuando oían hablar de la resurrección de los muertos. Y no obstante, el apóstol Pablo no vaciló en declarar enfáticamente a los filósofos atenienses, a los epicúreos y a los estoicos, que vivían, se movían y tenían su ser en Dios, lo cual no sólo significaba que debían su existencia y- preservación a Aquél que hizo el mundo y todo lo que en él hay, sino también que sus mismas acciones estaban bajo la administración y con­trol del Dios de cielos y tierra (véase Daniel 5:23. úl­tima cláusula).

“Del hombre son las disposiciones del corazón, mas de Jehová la respuesta de la lengua” (Proverbios 16:1). Obsérvese que esta declaración tiene una aplicación ge­neral: se refiere a todo “hombre”, no simplemente a los creyentes. “El corazón del hombre piensa su camino, mas Jehová endereza sus pasos (Proverbios 16:9). Y si Jehová endereza los pasos del hombre, ¿no es prueba de que éste está siendo controlado o gobernado por Dios? Asimismo: “Muchos pensamientos hay en el corazón del hombre, mas el consejo de Jehová permanecerá” (Pro­verbios 19:21). ¿Puede esto significar otra cosa sino que, sea lo que sea lo que el hombre desee o planee, es la voluntad de Su hacedor lo que acaece? Tómese como ilustración el caso del “necio rico”. Se nos dan a cono­cer los “pensamientos” de su corazón: “Y él pensaba dentro de sí, diciendo: ¿Qué haré, porque no tengo donde juntar mis frutos? Y dijo: Esto haré: derribaré mis alfolíes, y los edificaré mayores, y allí juntaré todos mis frutos y mis bienes; y diré a mi alma: Alma, mu­chos bienes tienes almacenados para muchos años; re­pósate, come, bebe, huélgate”. Tales eran los “pensa­mientos” de su corazón; pero fue “el consejo de Jehová” lo que permaneció. Los “haré” del hombre rico queda ron en nada, pues “dijóle Dios: Necio, esta noche vuel­ven a pedir tu alma” (Lucas 12:16-21)

“Como los repartimientos de las aguas, así está el corazón del rey en la mano de Jehová: a todo lo que quiere lo inclina” (Proverbios 21:1). ¿Hay algo que pueda ser más explícito? Del corazón “mana la vida” (Proverbios 4:23), pues “cual es su pensamiento en su alma, tal es él” (Proverbios 23:7). Luego si el corazón está en manos de Jehová, y si El “a todo lo que quiere lo inclina”, ¿no es evidente que los hombres, más aún, los gobernantes y dirigentes, y por tanto todos los hom­bres, están por completo bajo el control gubernamental del Todopoderoso?

La declaración que acabamos de hacer no admite limitaciones. Insistir en que algunos hombres ponen impedimentos efectivos a la voluntad de Dios y trastor­nan Sus consejos, es repudiar otros textos de las Escri­turas igualmente explícitos. Pondérese bien lo que si­gue: “Empero si Él se determina en una cosa, ¿quién lo apartará? Su alma deseó, e hizo” (Job 23:13). “El consejo de Jehová permanecerá para siempre; los pen­samientos de su corazón por todas las generaciones’’ (Salmo 33:11). “No hay sabiduría, ni inteligencia, ni consejo, contra Jehová” (Proverbios 21:30). “Porque Je­hová de los ejércitos ha determinado, ¿y quién invalida­rá? Y su mano extendida, ¿quién la hará tornar?” (Isaías 14:27). “Acordaos de las cosas pasadas desde el siglo; porque yo soy Dios, y no hay más Dios, y na­da hay a mí semejante; que anuncio lo por venir des­de el principio, y desde antiguo lo que aún no era he

cho; que digo: Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quisiere” (Isaías 46:9,10). No hay la menor ambi­güedad en estos pasajes. Afirman, en los términos más inequívocos e incondicionales, la imposibilidad de que el propósito de Jehová quede en nada.

En vano leemos las Escrituras si no descubrimos que los actos de los hombres, tanto de los malos como de los buenos, están gobernados por Jehová Dios. Nim- rod y sus compañeros determinaron erigir la torre de Babel, pero antes de que su obra fuese acabada Dios frustró sus plañes. Jacob era el hijo a quien se había prometido la herencia, y aunque Isaac trató de alterar el decreto de Jehová y otorgar la bendición a Esaú, sus esfuerzos quedaron en nada. Esaú juró vengarse de Ja­cob, pero cuando se encontraron después de la separa­ción, en vez de pelear llenos de odio, se abrazaron con lágrimas de gozo. Los hermanos de José planearon su destrucción, pero sus malos consejos fueron frustrados. Faraón pereció en el Mar Rojo al intentar oponerse a que Israel cumpliera las instrucciones de Jehová. Ba- lac alquiló a Balaam para que maldijese a los israeli­tas, pero Dios le obligó a bendecirlos. Amán erigió una horca para Mardoqueo, pero fue él quien fue colgado ep ella. Jonás resistió la voluntad revelada de Dios, pero ¿en qué pararon sus esfuerzos?

¡Ah, los paganos podrán “amotinarse”, enojarse, y el pueblo pensar “vanidad”! ¡Los reyes de la tierra po­drán “estar”, y los príncipes “consultar” unidos contra Jehová y contra su ungido, diciendo: “Rompamos sus coyundas, y echemos de nosotros sus cuerdas” (Salmo 2:1-3)! Pero, ¿acaso el gran Dios es perturbado o es­torbado por la rebelión de sus mezquinas criaturas? No por cierto: “El que mora en los cielos se reirá, el Señor se burlará de ellos” (v. 4). El está infinitamente exal­tado por encima de todos, y las más grandes confede­raciones de los “peones” de la tierra, y los preparati­vos más vastós y enérgicos para derrotar Su propósito son, a Sus ojos, como un juego de niños. El mira tan fútiles esfuerzos no solamente sin alarma, sino “riéndo­se” de la locura de ellos; trata su impotencia “ridiculi­zándola”. Sabe que puede aplastarlos como polillas cuando guste, o consumirlos en un momento con el aliento de Su boca. [Ah, qué “vanidad” es que los “tiestos” de la tierra luchen contra la gloriosa Majestad del Cielo! Tal es nuestro Dios; adoradle.

…….

Lo mismo puede decirse de los espíritus malignos: también ellos cumplen los decretos soberanos de Dios.’ Un espíritu malo fue enviado por Dios para provocar la rebelión en el campamento de Abimelec (Jueces 9: 23); otro para ser espíritu mentiroso en boca de los profetas de Acab: “Y ahora, he aquí Jehová ha puesto espíritu de mentira en la boca de todos estos tus pro­fetas, y Jéhová ha decretado el mal acerca de ti” (I Reyes 22:23); y aun otro para atormentar a Saúl: “Y el espíritu de Jehová se apartó de Saúl, y atormentábale el espíritu malo de parte de Jehová” (I Samuel 16:14). Así también en el Nuevo Testamento: una legión ente­ra de demonios no salió de su víctima hasta que el Señor la dejó entrar en el hato de puercos.

Por consiguiente, la Escritura aclara que los ánge­les, buenos y malos, están bajo el control de Dios, y qué, voluntaria o involuntariamente, llevan a cabo Su propó­sito. Sí, el propio SATANAS está absolutamente suje­to al control de Dios. Acusado en el Edén, escuchó la terrible sentencia sin pronunciar palabra. No pudo to­car a Job hasta que Dios le concedió autorización. Tam­bién tuvo que esperar el consentimiento de nuestro Se­ñor antes de “zarandear” a Pedro. Cuando Cristo le mandó partir, diciéndole: “Vete, Satanás”, leemos: “El diablo entonces le dejó” (Mateo 4:11). Y como acto final, sabemos que será echado al lago de fuego que ha sido preparado para él y sus ángeles.

El Señor omnipotente reina. Su gobierno se ejerce sobre la materia inanimada, sobre las bestias, sobre los hijos de los hombres, sobre los ángeles buenos y malos, y sobre Satanás mismo. Ningún planeta gira, ninguna estrella brilla, ni hay tormenta, ni movimiento de cria­tura, ni acto de un hombre, ni hecho de un ángel, ni acción del diablo, ni nada puede ocurrir en todo él vas­to universo de forma diferente a como Dios ha deter­minado desde la eternidad. He aquí un auténtico fun­damento para la fe. He aquí un verdadero lugar de reposo para el intelecto. He aquí un ancla para el al­ma, segura y firme. No se trata del destino ciego, del mal desencadenado, del hombre o del diablo, sino que es Dios mismo el que está gobernando el mundo, diri­giéndolo según Su propia voluntad y para Su propia gloria eterna.

A.W.PINK

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Jorge. Fernades  I.

 

Traducción: Raul Loyola Román

¿POR QUÉ DIOS NO SE AGRADÓ DE CAÍN? «

Estoy luchando esta semana con la lectura del libro del Génesis, y leer el capítulo 4, la pregunta vino a mí: ¿Por qué Dios no está complacido con la ofrenda de Caín, y se mostró satisfecho con la ofrenda de Abel?

La mayoría tienen como explicación el hecho de que el sacrificio de Abel fue con sangre y el de Cain no, llevando  a creer que el hecho de que Abel eligió a los primogénitos de sus ovejas y  la grosura (indicando  muerte, sacrificio de  inocentes, sangre derramada , así como el propio Dios sacrificó animales, y con sus pieles,  hizo ropa que escondiesen la desnudez de la pareja primigenia), se remitían al futuro, como «sombras» para indicar el sacrificio de Cristo en la cruz del Calvario, como el Primogénito de Dios, el Cordero sin mancha, inocente, que derramó su sangre para que muchos fuesen salvos y que sus pecados sean expiados, miles de años después.

Entiendo que esta conclusión es parcialmente correcta. Señala la necesidad de la muerte como una forma de pagar por los pecados, siendo justo aquel que  redimirá a su pueblo, y sólo entonces, será purificado de sus pecados y liberados de la condenación. MAS ALGO AÚN PERSISTE EN FUSTIGARME LA  MENTE: los hermanos sabían como ofrendar  a Dios o no?

Hay quienes entienden que ambos conocían la manera correcta, pero en mi opinión no,. El texto no da ninguna referencia como deberían  agradarle o  si sabían o no, de antemano, cómo ofrendarle, sólo nos dicen que:

a) Eva dio a luz a Caín, y luego a su hermano Abel [V.1-2];

b) Abel fue pastor de ovejas, y Caín labrador de la tierra [v.2];

c) Caín trajo del fruto de la tierra, y Abel tomó los primogénitos de sus ovejas, de la misma grasa, como ofrenda a Dios.

Una adición interesante, que puede incluso no ser relevante, es el de  la Biblia informar el orden de nacimiento de  primogenitura: Caín y después Abel . Un poco más tarde, se cita la profesión de Abel, como el pastor, para citar, enseguida, a Caín labrador. Un poco más y tenemos ofrendando  a Caín antes que Abel, y esto fue seguido, tal vez un poco de respeto alguna preminencia de el hermano mayor, por lo que sólo después de su ofrenda, Abel puede hacerlo también. Lo que me lleva a creer que ambos no fueron ordenados como agradar a Dios, y que sus actitudes eran naturales, espontáneas, de llevar a Dios el producto de sus actividades, lo que producían, y que son inherentes a la vida y habilidades, sin que pudieren actuar de manera diferente, a no ser Caín dar los frutos de su trabajo, y también Abel. [2]

 Ambos parecen sinceros, dispuesto a agradar a Dios y, al menos en principio, descartare la posibilidad de cualquier inclinación rebelde o mala por parte del hijo mayor de Adán. Un punto de vista humano, querían lo mejor, tenían que dar lo mejor de sí mismos y de sus esfuerzos. Agradar al, Señor era una forma de recompensa por su trabajo con el sudor de su frente, lo cual es indicativo de la atención y dedicación de  las ofertas, hasta que la gratitud no fue el motivo principal que lleva a reconocer el bien que Dios les dio [al menos en el caso de Caín, eso es  posible, como una inferencia. El  quería ver reconocido por estar «dando» a Dios el fruto de su sudor, lo mejor que tenía para dar, lo que haría que su motivación  se tornaría en  auto-idolatría, al no reconocer al Señor como el que le dio y le permitió dar].

Otra defensa que muchos abogan  para  Abel es que el era justo, por lo que su ofrenda fue justificado delante de Dios, a diferencia de su hermano. Y eso es un hecho. Dios aceptó su sacrificio porque ofrecía algo mayor que el de Caín [Hb 11,4], por la fe, y la fe es un don de Dios [Ef 2,8], el Señor le llevó a dar la medida correcta, exactamente  aquello que seria de su agrado.

¿No es interesante que Caín pudiera ser Abel? Si hubiese  una ruleta al azar para  determinar la personalidad y la identidad de las personas? ¿Podría ser el , el que  pastorea las  ovejas, mientras que el más joven arara la tierra, lo que cambiaría el curso de la historia, a partir del cambio de sus personajes? Sin embargo, agradó a Dios, y en su soberanía, predestinó Abel y Caín para cumplir sus propósitos eternos, para que los eventos transcurriesen según lo previsto; refiriéndome a la pregunta indicada en el punto «b», de que  la primogenitura  fue tomado de Caín y  entregada a Abel.

 Se podría decir que el hecho de que la Biblia cita el trabajo de Abel primero es mera coincidencia. ¿Cómo no creo en la suerte, el azar, la casualidad y la coincidencia, pero sólo en la providencia de Dios para llevar a cabo todo de acuerdo a su decreto santo y eterno, la cita es indicativo de que la profesión también fue un factor determinante para que la ofrenda sea agradable o no a Dios . Cuando el Señor predestino a Abel para pastor, Él lo hizo con nítida certeza de que él y su ofrenda le agradarían, y no lo otro. Al determinar de que Caín seria  un labrador, su ofrenda ya estaba rechazada, incluso antes de que el mundo sea  el mundo, y Adán hombre llegara a  habitarlo. Dios proveyó que todo se cumpliese  convenientemente para que Abel lo agradase  y Caín no. Haciendo una analogía con Esaú y Jacob [Rom 9:13], podemos decir sin duda que Dios amó Abel y odió a  Caín.

Se podría argumentar que mi analogía es incorrecta? ¿Por qué Pablo está hablando de la elección para la salvación y que Dios los escogió antes de hacer el bien o el mal? La aplicación de la teología de Pablo sirve para todos, sin excepción, y en todos los tiempos. Y por lo tanto, encaja muy bien aquí. Pues  nos dice que Abel era justo [Hb 11,4], asi como Caín era corrupto y malvado [Jd 11]. Aunque se puede argumentar que el tipo de ofrenda, si la sangre o de la tierra, es la que definió agradar a Dios o no. Hay que recordar que Dios aceptó ofrendas voluntarias de ganado vacuno, ovejas  y cereales [Lv 1 y 2], nada impide que Caín ofrendase los frutos de la tierra, anulando así el argumento. La pregunta entonces se vuelve para Caín. Si el problema no eran los frutos, entonces el rechazo de Dios cayó sobre él.

Como cristianos bíblicos, reconocemos que Dios controla todas las cosas, visibles e invisibles, incluyendo nuestra voluntad, por lo que Abel y Caín cumplían   el propósito eterno Divino de conducir la historia en  perfección y sabiduría, de acuerdo con la voluntad y el decreto eterno Dios. No importa si Dios les dio reglas de como ofrendar, ni si Abel  sabía y Cain no. Eso es irrelevante, ya que no altera en nada  la decisión de Dios si se agradó de uno y no de otro. El texto claramente  quiere  dejar evidencia y asegurarnos que Dios  se grado de Abel y no se agradó de su hermano.

Pausa

Caín pudo haber aprendido una gran lección de cómo ofrendar a Dios, la forma de ofrendar a Dios , siguiendo el ejemplo de su hermano, como Dios se agradó de él . Sin embargo, en su orgullo, necedad, se enojó con fuerza, hasta el punto de decaer su semblante [v.5]. Estaba claro que el desagrado de Dios para consigo mismo, y el Señor le manifestó. Bastaba con reconocer su error y hacer las cosas bien de ahora en adelante [lo que confirma la irrelevancia de las normas, en este caso].

Al matar a su hermano, Caín como que quisiera decirle al Señor: «No se agradó de mi ofrenda? Ni de mi? Ahora tendrá que conformarse, no tienen otro que le ofrendara ; ni Abel, ni el sacrificio de Abel, ambos morirán. O se agrada de mí, o de nadie más. “De alguna manera Caín quería que Dios se adecuase a su padrón moral, demostrando no estar depuesto al lo contrario.

 Tras el asesinato, Dios le preguntó acerca de Abel. Caín dijo: » No sé; ¿soy yo guarda de mi hermano? » [V. 9]. Además de asesino, él se convirtió en un mentiroso; demostró  arrogancia, irreverencia, petulancia, y un tono  desafiante. Como está escrito: «Un abismo llama a otro abismo» [Sal 42,7]… Caín experimento sucesivamente, diversas formas de pecado, de la soberbia de no reconocer la voluntad divina, y de que lo afrontara con su iniquidad. Y este es otro tema a tratar, el hecho de que Dios es el que define el pecado. Él estableció el estándar moral a ser seguido, e inmoral a no seguir. Por lo tanto, Caín no esta exento de responsabilidad, por el contrario, él es responsable de no agradar a Dios de su ofrenda, al igual que Abel era responsable de agradar a Dios. Una cosa que debemos entender es que Dios es la única autoridad para establecer lo que es y lo que no lo es, ¿lo qué hay que hacer y lo que no se debe hacer, que es justo e injusto, y nadie puede inquirirlo acerca de Eso, o acusarle, bajo pena de acumulación de delitos en contra de sí mismo.

 Caín quería ser aceptado y no aceptó  un no por respuesta, no reconoció su error, y  de que no procediera correctamente, pues no fue aceptado por Dios exactamente por no hacer el bien  antes su pecado estaba en cerrar  la puerta como le fue dicho,y si no hicieres bien, el pecado esta a la puerta; con todo esto, a ti ser tu deseo, y tu te enseñorearas de el. [v.7]. El malvado sólo piensa en el mal; [Proverbios 21:10], por lo que de una forma obstinada, Caín quería ser justificado, mas es Dios quien justifica [Romanos 8:33]. En su dureza y ceguera, codicio  honra  que no podía conseguir por sus propios medios, se hizo provocador, culminando en recibir la justa condenación de Dios: «Por eso, ahora quedarás bajo la maldición de la tierra, la cual ha abierto sus fauces para recibir la sangre de tu hermano, que tú has derramado.  Cuando cultives la tierra, no te dará sus frutos, y en el mundo serás un fugitivo errante.. «[v.11, 12]. Caín se convirtió en un hombre sin remordimientos, sin amor, sin miedo, y por eso fue expulsado de la presencia del Señor [v.16].

Fin de la pausa.

 Ahora queda la  dudada: ¿mas Dios no sería justo por  rechazar la ofrenda de Caín, sin mostrar el patrón que le agradaría ? En este caso, Caín no sería desobediente, no podía hacer nada al respecto. Pero la cuestión no es si Caín obedecio o no, sino  si Caín agradó a Dios o no. Y no agrado, mas  como Abel satisfizo al Señor, desconociendo también las mismas normas que el Señor quería,  sabemos que Dios no estaba de acuerdo con Caín, incluso antes de rechazar la ofrenda porque como dice el texto, » Mas no miró propicio á Caín y á la ofrenda suya » [v .5]. Y al final eso es lo que cuenta. Por tanto, Dios estaba complacido con Abel y no con  su hermano, de tal forma que Abel, desde antes de su nacimiento estaba predestinado a ser el  pastor [tipo del Señor Jesús en Su muerte de sangre también] y sacrificar, y tomar la grosura, y ofrecerle agradablemente a Dios.  De la misma forma como predestino a  Caín a ser un labrador, a tomar los frutos de la tierra para ofrecerlos al Señor, airarse, matar a su hermano, ser maldecido por Dios, y se alimentare a sí mismo, siguiendo el mismo camino del maligno

ESTE ES UN EJEMPLO BÍBLICO DE LA PREDESTINACIÓN, QUE REVELA EL PODER DIVINO, CONFORME A SU VOLUNTAD, OPERANDO  EN LA VIDA COMO EN LA MUERTE.

 

Jorge Fernandes Isah

 

Traducción: Raul Loyola Román

 

 

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 MAS ANTES, OH HOMBRE, ¿QUIÉN ERES TÚ…? ROM 9:20

Vincent Cheung

Traduccion:  Raul Loyola Román

 

Me dirás entonces: ¿Por qué, pues, inculpa? porque, ¿quién ha resistido a su voluntad? Mas antes, oh hombre, ¿quién eres tú, para que alterques contra Dios? ¿Dirá lo formado al que lo formó: Por qué me has hecho así? ¿O no tiene potestad el alfarero sobre el barro, para hacer de la misma masa un vaso para honra y otro para deshonra?  Rom 9:19-21

Pablo ha demostrado en los versículos anteriores que si un hombre alcanza la salvación en Cristo Jesús no depende de la voluntad de la persona o su decisión, sino de Dios que elige mostrar misericordia a este individuo. Entonces, un hombre no cree o incluso se opone a Dios, no porque la persona lo decide, por sí mismo, sino porque Dios ha decidido endurecerlo para los propósitos de Dios. El apóstol concluye: De manera que del que quiere tiene misericordia; y al que quiere endurecer, endurece. Rom 9:18

 Un hombre cree en Jesús, porque Dios le hace creer en Jesús. Otro hombre es endurecido en contra del evangelio, porque Dios causa que él sea endurecido. La trayectoria de cada persona se determina antes de nacer, incluso en la eternidad antes de la creación del mundo. Sus decisiones no determinan su camino, pero su camino predestinado determina sus decisiones.

 El hombre no determina su destino, sino que más bien revela sus elecciones, es decir, por lo que Dios le hace decidir conforme con el propósito Divino.

 Esta es una de las doctrinas bíblicas más sencillas y explícitas. Sin embargo, es también la doctrina más odiada porque con mayor claridad presenta a Dios como Dios, e incluso a los “cristianos no les gusta mucho. En esta doctrina nos encontramos cara a cara con lo que significa ser Dios, y nos vemos obligados a demostrar si realmente lo reconocemos como único Soberano total, o si queremos mantener el control sobre algunos aspectos de nosotros mismos, y entretener la falsa ilusión de que en realidad es posible hacerlo. Muy pocos aceptan la doctrina de la causalidad directa y total de todas las cosas, sin tratar de buscar una vía de escape  para ellos mismos, o bien condenar esta versión ,para luego rescatarla y reducirla a algo menor.

 Así que Pablo anticipa el desacuerdo. Él espera que alguien le diga entonces, » Pero tú me dirás: «Entonces, ¿por qué todavía nos echa la culpa Dios? ¿Quién puede oponerse a su voluntad?» ? » Rom 9:19 En otras  palabras, si Dios es el que endurece a un hombre para que no pueda seguir la justicia, o creer en la verdad, entonces ¿por qué Dios todavía condena y castiga a los pecadores? La objeción no tiene sentido si se asume que la responsabilidad presupone libertad, de modo que una persona debe ser libre para tomar sus decisiones si es que quiere ser responsable de ellas. Pero Dios no concede este supuesto, de hecho, todos estos versículos anteriores lo han repudiado. UNA PERSONA ES CONDENADA Y CASTIGADA POR SUS PECADOS, PORQUE HA TRANSGREDIDO LOS MANDAMIENTOS DE DIOS. LA CAUSA DE SUS PECADOS ES IRRELEVANTE. SI HA TRANSGREDIDO, ENTONCES ÉL ES UN TRANSGRESOR.

 Pablo procede a responder al desafío, y en el proceso revela información adicional sobre la doctrina. Él declara que el alfarero tiene el derecho de hacer de la misma masa un vaso para uso honorable y el otro para uso deshonroso. Rom 9:21 El apóstol ha estado haciendo el contraste entre dos tipos de personas – los elegidos, o aquellos a quienes Dios ha predeterminado para convertirse en cristianos, y los réprobos, o aquellos a quienes Dios ha predeterminado a seguir siendo no cristianos. Así que el vaso honorable representa al cristiano, y el vaso deshonroso representa el no cristiano. El vaso honorable probablemente se mostrará en el hogar como un testimonio de la riqueza y refinamiento del propietario. Por otro lado, el vaso deshonroso probablemente se refiere a un cubo de basura o incluso un inodoro. Así que Dios piensa que los condenados son los cubos de basura y baños de este mundo. Sabemos de lo que los baños están llenos – es algo que huele a la incredulidad de los no cristianos, a ciencia y a religión.

 La Biblia contradice la opinión casi unánime de los teólogos cristianos, ya que su exposición de la doctrina no deja lugar para la libertad y la libre determinación en cualquier sentido,  o la idea de que la soberanía divina es compatible con estos. ¿Qué importa si el control del alfarero sobre la arcilla es compatible con los deseos de la arcilla? Dirá lo moldeado a su moldeador, «¿Por qué me has hecho así?» Rom 9:20. El hombre no esta representado como diciendo, de una manera u otra, ¿»Por qué has ordenado pasivamente  que debo utilizar mi poder de autodeterminación para decidir al mismo tiempo  llegar a ser lo que Tu has decretado que debo ser»? No, dice, «¿Por qué me hiciste así?». Usted me hizo. Usted me hizo lo que soy.

 Por contacto directo, y con sus propias manos, el alfarero moldea la arcilla en el vaso que él quiere que se convierta. Aunque esto se aplica tanto a los honorables y los deshonrosos, la objeción se refiere a aquellos a quienes Dios «culpa» – ella se centra principalmente en cómo el vaso sin honor es fabricado. La respuesta de Pablo significa que son las manos de Dios quienes hacen a ese perverso en lo que es. Lo hace con la «misma masa» de la  que él hace a los vasos honorables, y no de algún material con las características existentes deshonrosas. En otras palabras, las características de los réprobos vienen directamente y totalmente de las manos de Dios y nada más. Pablo no ve nada malo en esto. Dios tiene el derecho de hacer un hombre en su obra maestra y otro hombre en un inodoro. ¿Quién dice que un maestro alfarero no debe hacer un inodoro  si quiere hacer uno? ¿Y quién es el inodoro para decir al alfarero: «¿Por qué me has hecho así?» Rom 9:20. Pero incluso un retrete  quejándose sabe que no debe gritar, “tengo libre albedrío!” o aún “no estoy obligado!”

 La verdad de la fe cristiana es clara y evidente. Nunca hay una buena objeción contra ella, sino que deben ser aceptadas con reverencia. Y porque la verdad es clara y obvia, cada objeción contra la fe cristiana es siempre estúpida y maligna. Debido a que cada objeción contra la fe cristiana es estúpida y mala, hay que atacar todas las objeciones, y para evitar que se diga que se evita el tema, debemos contestar. Pero más que eso, es característico de la Biblia atacar a la persona que hace la objeción. Esto es porque cada vez que una persona pone en duda  la fe cristiana,  necesariamente significa que hay algo mal con la persona.

 Pablo no dice: «¡Oh hombre maravilloso e inteligente, ¿por qué hacer esa objeción indignante en contra de Dios?» No, el apóstol ataca al hombre en sí mismo – «¿quién eres tú, oh hombre, para que alterques contra Dios?» Rom 9:20 Esta es una pregunta retórica – que quiere decir que el hombre es un don nadie y debe cerrar la boca. Pablo no es tan estúpido como nuestros predicadores y teólogos. Nos dicen que los no cristianos pueden ser sinceros e inteligentes y, sin embargo hacer objeciones en contra de Dios. ¿De dónde viene esta tontería ? Tal vez lo aprendieron de los no-cristianos, que siempre están desesperados por hacer valer su sinceridad e inteligencia. O tal vez los predicadores y los teólogos quieren complementar su propia rebeldía contra Dios. Pero Jesús dijo que la boca habla de la abundancia del corazón. El no cristiano hace objeciones, porque él es un pecador, un rebelde – que no sólo actúa como tal, pero el es uno. Cualquier cristiano que hace una contribución importante en la predicación y el debate debe criticar y menospreciar a la persona – el propio no cristiano – y no sólo sus argumentos y sus acciones.

¿Quién eres tú, oh  no cristiano , para desafiar la verdad de Dios, cuándo la Biblia declara que  ya sabes de él? Como un cobarde, como el pequeño niño traumatizado, usted reprime este conocimiento de modo que usted no tenga que lidiar con la realidad. ¿Quién eres tu para rechazar un veredicto de culpabilidad cuando la Biblia muestra que todos pecaron y están privados de la gloria de Dios? Usted me replicará, «¿Quién eres tú para juzgarme?» Bien, ¿ quién es usted para decirme que yo no puedo declarar el juicio de Dios sobre ti? ¿Quién eres tú para rechazar el Evangelio? No eres nadie. No eres nada.

¿Quién eres tú, oh legalista, Oh religioso farsaico, al rechazar a Jesucristo, cuando la propia Ley te dice de abandonar tus propios esfuerzos y depender de él como mediador y defensor? ¿Quién eres tú para pensar que puedes ser igual o mejor que él? ¿Quién eres tú para decir que se puede alcanzar el cielo por lo que consideras buenas obras, las  que Dios las ha rechazado a ellas como trapo de inmundicia? No eres nadie. Tú no eres nada.

¿Quién eres tú, oh Arminiano, para decir que Dios no decreta y causa todas las cosas exclusivamente por su propia voluntad y para su propio propósito, y sin consideración de la fe y la decisión del hombre, sino que es quien causa la fe y decisión del hombre a causa de su decreto eterno? ¿Quién eres tú para pensar que el hombre tiene el poder de elegir, incluso para decidir su destino eterno? ¿Quién eres tú para decir que Cristo podía pagar el precio para redimir a un hombre, y sin embargo, dejar al hombre a la ira de Dios? ¿Y quién eres tú para decir que un hombre, una vez redimido por Dios, se puede arrebatar de las manos de Cristo? No eres nadie. Tú no eres nada.

¿Quién eres tú, oh calvinista, para decir que Dios no puede ser el autor del pecado, y aquel que crea directamente y endurece a los malvados? ¿Quién eres tú para decir que Dios meramente pasa por alto a los condenados, cuando la Escritura indica que los forma con sus propias manos como un alfarero moldea la arcilla en lo botes de basura e inodoro ? ¡Eres un hipócrita! Tú pretendes defender la justicia y la santidad de Dios, cuando el asunto e plantea sólo porque tú lo has juzgado por el “estándar” del hombre. Con una mano tú le robas a Dios de su soberanía divina, y con la otra tú le pagas con justicia humana. ¿Quién eres tú, oh hombre, para pensar que puedes salirte con la tuya? No eres nadie. Tú no eres nada.

¿Quién eres tú, oh teólogo reformado? Eres mucho mejor que  Arminiano? Una y otra vez, con un pie estableciendo la ortodoxia y el otro en la blasfemia, generando un sinnúmero de paradojas y contradicciones, y le llamas a esto el alto misterio de Dios! ¡Oh vanidad de vanidad, una teología de la inutilidad sistemática!

¡Fuera con todos ustedes! Dios ejerce un control absoluto e inmediato sobre todas las cosas, incluyendo las decisiones y el destino de todos los hombres. Tal como él da molde a sus escogidos en sus obras maestras, él moldea los réprobos en los receptáculos de basura y heces. A diferencia de nuestros predicadores y teólogos, El opositor de Pablo por lo menos entiende la doctrina, que es Dios quien crea y endurece al pecador, pero el pecador sigue siendo culpado y castigado. Dios endurece a quien él quiere endurecer (v. 18), para  que no puedan creer y ser salvos. Lo hace por su potencia activa y directa, como un alfarero moldea la arcilla (v. 21). Estos hombres están preparados para la destrucción (v. 22). No pueden resistirse a  su voluntad, pero él sigue culpándolos y castigándolos a ellos (v. 19). Él puede hacer esto porque él es Dios, y nadie puede pronunciar una sola palabra en contra de él (v. 20).

 VICENT CHEUNG

Traduccion:  Raul Loyola Román

Soli Deo Gloria!

 

 

 

 

 

 

 

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 HECHOS 16:6-40

Vincent Cheung

Traducción: Raul loyola R.

Desde el tiempo de Adán, Dios ha estado salvando a sus escogidos por medio de darles fe en Cristo, y la salvación viene sólo de Dios, quien salva solamente por medio de Cristo. La justificación es por fe no en el sentido que usted puedes salvarte a si  mismo por su fe; más bien, la doctrina enseña que usted no puedes hacer nada para salvarse a si mismo, sino que debe depender totalmente de algún otro que pueda salvarte. Por lo tanto, la doctrina está enseñando que la justificación no es por fe como tal o por sí misma, sino que está enseñando que la justificación es por medio de Cristo solamente. Es Cristo quien le salva, y no la fe misma. La fe tiene un rol porque es Cristo quien le salva por medio de darle fe en él (Efesios 2:8-9; Hebreos 12:2).

Dios comisiono a Pablo para propagar el evangelio, pero ha prevenido al apóstol y sus compañeros de seguir su plan original, y en su lugar, dirigirse a Filipos (v. 6-12). No sólo controla Dios la estrategia general del ministerio de Pablo, sino también Dios asimismo controla las oportunidades individuales de predicación y las respuestas de los oyentes.

El carcelero fue convertido sólo después de un insuperable milagro de Dios que sacudió completamente los fundamentos de la prisión (v. 25-34). Del mismo modo, Lidia creyó en el evangelio sólo porque Dios soberanamente abrió su mente al mensaje (v. 13-15).

Por lo tanto, Dios es soberano sobre cada aspecto de la redención, desde el progreso del evangelio en la historia en el más mínimo detalle de cada conversación. Aunque él es soberano sobre todo, y aunque él puede controlar cada objeto o evento aun sin el uso de medios, él no obstante decidió cumplir muchos de sus decretos por el uso de medios, los cuales él soberanamente creó y escogió. Cuando él viene para reunir a sus elegidos para salvación por medio de darles fe en Cristo, ha escogido hacerlo por medio de la predicación de sus ministros. Adicionalmente, ha ordenado que estos ministros a menudo tengan que luchar y sufrir por la causa de su reino, en cuanto ellos promuevan el evangelio en la cara de la oposición.

La oposición contra le evangelio puede aparecer en varias formas. En Filipos, la interferencia demoníaca vino contra Pablo en la forma de una niña que tenía un espíritu de adivinación. Cuando leen acerca de esto en la Biblia, muchos cristianos profesantes pueden concordar en que hay algo malo con la niña, y que Pablo fue correcto en expulsar el espíritu malo de ella. Pero algunos de esta misma gente pueden pensar que no hay nada malo en las enseñanzas y prácticas del ocultismo popular hoy día, particularmente porque ellos han sido engañados al pensar que ellos son compatibles o derivados de la fe cristiana. En cualquier caso, si la adivinación fue demoníaca en el tiempo de Pablo, entonces también es demoníaca en nuestros días, pero muchos cristianos profesantes aun hoy practican la necromancia con la ayuda de estos maestros del ocultismo. Nosotros debemos confrontarlos con la verdad, y si rehúsan arrepentirse, entonces sabremos que estos no son en absoluto verdaderos cristianos.

Si es intolerante decir que solamente una religión es verdadera y que todas las otras religiones son falsas, entonces la fe cristiana no puede ser más intolerante. Dios afirma a través de la Biblia que él es el único Dios, que Cristo es el único Salvador, que la Escritura es la única revelación verbal, y que la iglesia es la única comunidad del pacto. En este sentido, el cristianismo es intolerante, pero ¿y eso qué? Yo nunca he escuchado un argumento tolerante contra la intolerancia. Esos que defienden lo que ellos llaman “tolerancia” dicen que es “intolerante” reclamar que sólo vuestro grupo es correcto y que los otros están errados; sin embargo, por afirmar esto, él está diciendo que sólo su grupo es correcto (al ser “tolerante”) y que los otros están equivocados (al ser “intolerantes”). Así que la persona tolerante nunca puede decir que está mal ser intolerante; de otro modo, él ha perdido su tolerancia.

*Vicent Cheung

 

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HECHOS 16:6-40

VICENT CHEUNG

Traduccion :Raul Loyola R

En la eternidad, Dios decretó que él se glorificaría a sí mismo por la obra expiatoria de Cristo. Para cumplir esto, él decretó que manifestaría su misericordia por redimir a aquellos que él ha escogido para salvación, y para manifestar su ira y condenar a aquellos que él ha escogido para condenación (Romanos 9:10-24). Para cumplir esto, él decretó que todos los seres humanos serían pecadores, para que él pueda convertir a los escogidos para salvación, y condenar al resto como reprobados. Para cumplir esto, él decretó que Adán sería el representante de todos los seres humanos, y que Adán llevaría a cabo la caída de la humanidad por su desobediencia.

Entonces, desde la desobediencia de Adán, Dios comenzó a ejecutar su plan, y decretó que la humanidad sería dividida en dos grupos, esto es, los elegidos y los réprobos (Génesis 3:15). Desde entonces, los dos grupos han estado en constante conflicto. Sin embargo, Dios ejerció su soberanía no sólo en relación a grupos, sino también en relación a individuos. Por lo tanto, aun entre los descendientes físicos de los elegidos, algunos han sido escogidos para salvación, y otros para condenación, aun cuando ambos pueden vivir dentro de la comunidad del pacto,ahí están los conflictos entre Caín y Abel, Ismael e Isaac, Esaú y Jacob, y siguiendo así hasta nuestros  días.

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Decreto Eterno de Dios

Gordon Clark Haddon

    –Traducción: Raul Loyola Román

 

Sección I – Desde toda la eternidad, Dios, por el consejo sabio y santo de su propia voluntad, ordenó libre e inalterablemente todo cuanto acontece, aunque así por lo tanto no es Dios el autor del pecado, ni es violentada la voluntad de la criatura, ni se toma la libertad o contingencia de las causas segundas, más bien establecidas.

Ef. 1:11, Rom. 11:33, Isaías 45:6-7, Hebreos. 6:17, Rom. 9:15,18; Sl.5: 4, Santiago. 1:13-17, 1 Juan. 1:5;
Hechos 2:23, Mateo 17:2, Hechos 4:27-28, Juan. 19:11.

Sección II – Aunque Dios sabe todo cuanto puede o o ha de a acontecer en todos las circunstancias imaginables, El no decretó ninguna cosa por haberla previsto como el futura, o como algo que tenía que acontecer en tales y tales  condiciones.
Pv.16: 33, Hechos 15:18, 1 Sam. 23:11-12, Mateo 11:21-23, Rom. 9:11-18.

La Reforma Protestante, el mayor despertar religioso desde los días de los Apóstoles, se caracterizó por un afán de entender la Palabra de
Dios. No solamente en que sus enseñanzas obvias fueran enfatizadas- por ejemplo, la suficiencia de la obra de Cristo para nuestra salvación y la futilidad de El Purgatorio y la penitencia -, sino también sus doctrinas más profundas – por ejemplo, la predestinación – fueron cuidadosamente examinadas.

Sin embargo, dos o tres siglos más tarde, después de que el amor de muchos, se enfrió, y cuando incredulidad vino como un diluvio los desalentado y fragmentados fieles  se convirtieron en fundamentalistas y estuvieron contento de defender unas pocas doctrinas vitales. A veces, incluso ellos asi mismo dijeron que los cristianos no deben profundizar en las Escrituras. Esto es presuntuoso, inútil, y lo peor de todo, genera discordia.

Tal actitud no es recomendada  en las Escrituras, ni fue  práctica de Los reformadores y teólogos de Westminster. La Biblia dice que todos La Escritura es útil para enseñar, no sólo algunas partes. Y los reformadores no recurrían a los pasajes difíciles: sobre predestinación, preordenación y los decretos eternos de Dios. De hecho, estos pasajes no son difíciles de entender, a pesar de que mucha gente piensa difícil de creer en ellas. Mas ellos son palabras de Dios, entonces deberíamos estudiar, creer y predicar las  mismas.
                                                
La Confesión de Westminster, que resume la Biblia dice en el capítulo III que Dios desde toda la eternidad ordenado todo cuanto acontece.
Obviamente, si Dios es omnipotente, y nada puede frustrar su voluntad, y si decidió hacer un mundo, entonces todas sus criaturas y todas las acciones de ellas deben estar de acuerdo con su plan.
Esto es fácil de entender, pero muchas personas encuentran difícil de creer que Dios planeo tener pecado en el mundo. ¿El capítulo III de la Confesión significa que Dios comete pecado? E incluso para el hombre hacer algo bueno, eso significa que Dios hace al hombre practicar el acto bueno, pero que el hombre Quería hacer algo malo? Estas cuestiones no han dejado muchas mentes perplejas, pero la primera pregunta es: ¿Qué dice la Biblia? Si la Biblia dice acerca de la pre-ordenación, no tenemos derecho para evitar tal asunto y mantenernos en silencio.

Resumiendo la Escritura, la Confesión dice aquí que Dios no es el autor del pecado, es decir, Dios no hace nada pecaminoso. Incluso los cristianos que no son calvinistas admiten que Dios es, en cierto sentido es la causa del  pecado, pues Él es la única causa última  de todas las cosas.  Más Dios no comete un acto pecaminoso, ni aprueba o recompensa lo mismo. Tal vez esta ilustración sea un fracaso, al igual que la mayoría de las ilustraciones, pero consideren que Dios es la causa  primera o última, de porque yo estoy escribiendo este libro. ¿Quién negaría que Dios es la causa primera o la última, desde que El creó toda la humanidad?

Sin embargo, aunque Dios es la causa de este capítulo, no es su autor. Si así fuera, el sería mucho mejor!

 Las referencias de la Escritura muestran claramente que Dios controla la voluntad de los hombres. Durante la rebelión de Absalón contra David, Husai dio un mal consejo, pero un buen consejo de Ahitofel dio Absalón. Sin embargo, Absalón dijo, » y todos los de Israel dijeron: El consejo de Husai arquita es mejor que el consejo de Ahitofel. Porque Jehová había ordenado que el acertado consejo de Ahitofel sefrustrara, para que Jehová hiciese venir el mal sobre Absalón. «(2Sm. 17:14). Es claro, entonces, que Dios en su propósito de traer el mal sobre Absalón, controlo la voluntad de Absalón y de  sus hombres, de tal forma que escojieron el mal consejo de Husai, en lugar del buen consejo de Ahitofel. Mediante el control de la voluntad de los hombres malvados, Dios estableció el trono de David, de quien desciende el Mesías.

Esto no quiere decir que  se hizo violencia a la voluntad de las criaturas. No como si los hombres quisiesen adoptar el plan de Ahitofel, pero luego fuesen obligados a seguir Husai contra sus deseos. El proceso psicológico de ellos tenia un sólo deseo, seguir el plan de Husai. Pero hay que señalar que Dios estableció el proceso psicológico tan verdaderamente como establecido el proceso físico.
 
Esto es equivalente a la siguiente frase: «ni hace violencia a la voluntad de la criatura, ni tampoco se toma la libertad o contingencia de las causas segundas, antes establecidas”.

En el caso de Absalón, las causas secundarias fueron los procesos psicológicos. La decisión tomada por los hombres de Israel no fueron echas en oposición a estos procesos, ni tampoco sin ellos. Dios estableció tal proceso para el propósito de cumplir  su voluntad. Él no arregla las cosas o controla de la historia, aparte de las causas secundarias.

Para citar otros ejemplos: Dios decretó llevar a los niños de Israel de Egipto, pero tuvieron que caminar por si solos. Dios decretó que Salomón construyese  el templo, pero Salomón tuvo que recoger los materiales. Dios no decreta el fin a parte de los medios. El Decreta que el fin será  realizado a través de los  medios.

Más discusión de estos temas se puede encontrar en el libro La Causa de Dios y la Verdad por Juan Gill (un bautista del siglo XVIII) publicado por Sovereign Grace Club.2 libro, ver en particular las páginas 183-198. Además, la religión, la razón y la revelación, el autor de este capítulo  V, publicado por Presbiteriana Reformada Publishing Company, 1961.

La importancia de la sección II se hace muy evidente cuando la idea de la gracia Sólo se considerará más adelante. Aquí, de una forma muy general, es necesario apenas entender que Dios no consigue su conocimiento viendo como el mundo se desarrolla. No sólo es innecesario, o mejor dicho, imposible, que Dios tenga que esperar para saber lo que pasa, pero el conocimiento de Dios no depende de su mirada hacia el futuro para ver va a suceder. Todo lo contrario! Dios decretó que David no derrotaría  a Absalón, porque sabía de antemano que haría eso. Anteriormente, David vencio porque Dios decreto eso!

 En la sociedad humana, los hombres suelen frecuentemente cambiar sus planes. A veces cambian de opinión de buena gana, a veces, accidentes impiden que ellos realicen o  lleven a cabo sus planes. Obviamente, por lo tanto, la situación humana no es paralela a la situación divina.

 Mas si tratamos de hacer concesiones, podemos preguntar: » Yo Decidí usar el peón de dama para iniciar un juego de ajedrez porque de alguna manera puedo predecir que esto es lo que sucedería, o yo soy capaz de predecir que voy a utilizar esta táctica de apertura

porque decidí hacerlo?”La respuesta obvia es, ¿no?

–Fuente: ¿Qué creen los presbiterianos, Gordon Clark, presbiteriana y Reformada Publishing Co., páginas 36-39.

    Loja-Ecuador 11 de febrero del 2011