Soberanía Divina y Auto-compatibilidad
Vincent Cheung
Traduccion: Raul Loyola Román
El soberano Dios contradice la idea de que el hombre ejerce el libre albedrío con respecto a cualquier asunto, incluyendo la salvación. La soberanía divina y la libertad humana son mutuamente excluyentes. Afirmar una de ellas es negar la otra. Por lo tanto, la persona que insiste en haber aceptado a Cristo por causa del libre albedrio, y no por causa de elección soberana de Dios y su acción directa en el alma, es incapaz de afirmar al mismo tiempo que Dios es soberano. Debido a que el único Dios presentado en la Biblia es absolutamente soberano, la persona que afirma el libre albedrío humano no es capaz de sostener la creencia en Dios sin contradicción.
Algunos teólogos perciben este dilema, y de esa forma escogen creer en una contradicción. Sin embargo, esto los hace que parezcan estúpidos, y algunos de ellos no pueden tolerar la humillación. Así que inventar una manera de salir y dicen que la soberanía de Dios es «compatible» con la elección humana. A veces afirman hasta que la soberanía divina es compatible con la «libertad» humana, en el sentido de que el hombre no está obligado a hacer una elección en si, que el escoge de acuerdo a su propio deseo.*
Está claro que el hombre hace elecciones, ¿más que es lo que lo lleva a elegir? ¿Cuál es la metafísica de la elección humana? ¿Y cuál es la explicación metafísica de su deseo? Si Dios es absolutamente soberano, entonces El también decide y causa la elección y los deseos humanos. Y si Dios es quien decide y causa la elección y el deseo del hombre, luego decir que la soberanía divina y la elección humana son compatibles equivale a afirmar que Dios es compatible consigo mismo. Pero ya sabemos eso, y el hombre todavía no es libre.
La elección humana es irrelevante, ya que ella surge debajo la soberanía divina. Decir que el hombre no está obligado sólo implica apenas en declarar que en ese caso Dios no hace un efecto de su poder chocar con otro efecto de su poder, como acontece cuando dos objetos colisionan. Sin embargo, si no hay contradicción cuando Dios hace que estos dos objetos colisionen, entonces incluso la coerción no implicaría ninguna contradicción. Esto sólo puede significar que El hace a una persona desear una cosa y escoger otra, en cuanto el propio Dio permanece compatible consigo mimo. ¿Cuál sería el problema con eso?
De hecho, la soberanía absoluta de Dios y la responsabilidad moral del hombre son compatibles. Tal vez sea por esto que los teólogos están tan molestos. Sin embargo, el hombre es moralmente responsable sólo por el hecho de que Dios decidió hacerle rendir cuentas por sus actos. Esto No tiene ninguna conexión necesaria con la elección o la libertad. Ni siquiera la coerción elimina la responsabilidad. O que una tiene que ver la una con la otra? La responsabilidad moral del hombre depende de la soberanía absoluta de Dios, y nada más. Por tanto, decir que – el hombre es responsable una vez más, es afirmar que Dios es sólo compatible con el mismo.
Entonces permanece la incompatibilidad entre la soberanía divina y la libertad humana. Para que el hombre sea libre en cualquier sentido relevante, él debe ser libre de Dios, y si él fuera libre de Dios en cualquier sentido o grado, entonces Dios no es plenamente soberano. Rechazasandose el Dios de la Biblia.
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* Me refiero a la doctrina de la compatibilismo. Ella enseña una forma de libertad humana y apoya la responsabilidad moral en esa libertad . Ya refute al demostrar que el tipo de libertad enseñada por ella es irrelevante para el debate sobre la soberanía divina, y que no existe una relación necesaria entre libertad y responsabilidad. De hecho, la Biblia niega esta relación. (Ver Vincent Cheung, el autor del pecado.)
Alguien dijo que yo representaba esa doctrina de forma equivocada al declarar que ella asevera un tipo de libertad humana y que ella lanza la responsabilidad moral sobre esa libertad . Esta persona dijo que la doctrina apena declara que la soberanía divina es compatible con la elección humana, y que por lo tanto el hombre no está obligado, mas escoge de acuerdo a su propio deseo . John Frame como representante de esa doctrina– y de esa forma como una persona cuya visión yo represente erróneamente.
Por lo tanto, vamos a citar a John Frame. Él escribió el libro Free Will and Responsability , «Un concepto alternativo de la libertad, de acuerdo con la teología reformada y sustentada por una serie de filósofos […] se llama a menudo » compatibilismo «porque se basan en ella, el libre albedrío y el determinismo (el concepto de que todos los eventos de la creación son causado ) son compatibles. El Compatibilismo dice simplemente que al tomar decisiones morales, somos libres de hacer lo que queramos, para seguir nuestros deseos. […] La teología reformada reconoce que todas las personas cuentan libertad en el sentido compatibilista. […] Creo que la libertad compatibilista es el tipo principal de libertad necesaria a la responsabilidad moral. » Frame afirma de modo explícito que compatibilismo enseña una forma de libertad, y ella es impresindibe a la responsabilidad moral.
La persona que me acusó de representar erróneamente también dijo que compatibilismo afirma que ningún hombre es libre de Dios, como escribí. Él me ha entendido mal . Entiendo que compatibilismo no declara al hombre libre de Dios, y por eso es irrelevante. Mi punto es la imposibilidad de la existencia de cualquier tipo de libertad que incluiría la libertad de Dios, y cualquier tipo de libertad que no promueve la libertad de Dios es irrelevante. El hecho de que el hombre no está obligado también es irrelevante, porque siendo Dios soberano es el quien causa el deseo y la elección de los seres humanos.
En cuanto a mi posición, yo digo que la soberanía divina y la libertad humana son incompatibles y mutuamente excluyentes, y el hecho de que Dios es soberano, el hombre no es libre. Al parecer, la persona que me acusó gustaría discutir este punto, pero no sabía cómo proceder. Y no hay manera de hacerlo. Tal vez la confusión ha sido alimentada por la negativa a aceptar que su doctrina ha sido acariciada con tanta facilidad como algo ridículo e irrelevante.